jueves, 19 de mayo de 2011

12: Conceptos y creencias iniciales sobre la narrativa.

La narrativa es sólo un paso en las lecturas de una persona a lo largo de su vida.

Las historias están a nuestro alrededor. Están por todas partes. Aprendemos de ellas, hablamos sobre ellas y nos entretienen. No hay ninguna faceta de la actividad humana que no se vea influida por una narrativa de algún tipo.

La narrativa tiene importancia debido a que en ella se presenta el relato de acontecimientos de diversos personajes, reales o imaginarios, desarrollados en un lugar y a lo largo de un tiempo.

Cada autor tiene un estilo particular en su narración.
Al excluir la narrativa del currículo, se niega la naturaleza misma de la historia y la posibilidad de que el alumno desarrolle, de forma natural, el dar sentido y hacer inteligible, es decir que pueda ser entendido el mundo que le rodea.

La narrativa es una estrategia de gran utilidad para aplicarla en la asignatura de historia, ya que siempre hemos estado en contacto con ella. Desde pequeños nuestros padres, abuelos o familiares nos deleitan con hermosas y sorprendentes historias y anécdotas  que enriquecen el acontecimiento.

La narrativa se entiende como un ejercicio complejo de análisis, reflexión e integración de la información histórica, como una manera de hacer perceptible el conocimiento histórico.

Seria conveniente tomar en cuenta esta estrategia, la narrativa, para crear una clase de historia atractiva y diferente para los alumnos, ya que es una modalidad del pensamiento que profundiza en lo particular, que no pretende una lógica lineal, sino que puede tener un abordaje analógico o metafórico con un ritmo o secuencia de eventos significativos que dan organización a la experiencia vivida.

En el proceso de conocimiento el pensamiento no actúa de manera unívoca sino que posee diferentes modalidades: el paradigmático y el narrativo. La historia convive lo narrativo y lo paradigmático; los personajes y sus acciones, con las categorias y los conceptos; el tiempo histórico, con los límites que impone una trama; lo particular con lo universal, etc.

Estas formas de pensamiento implican competencias y habilidades un tanto diferenciadas, necesarias de explicar en una propuesta de enseñanza.

Se trata, no sólo de conocer los hechos del pasado, sino de apropiarse de las formas que desarrollan el pensamiento histórico. De esta manera, poco a poco, el alumno puede apropiarse de la naturaleza del conocimiento histórico al darse cuenta que la historia no es solamente la "interpretación" desde el pode, generalmente presentada en los libros de texto, sino una representación de la realidad que nunca es definitiva.

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